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14 julio, 2021 in Sin categoría

El Ikebana japonés: origen, principios y tipos de composiciones

Ikebana japonés

 

Mirar y apreciar flores es una costumbre común en todos los países alrededor del mundo, y en especial los japoneses tienen mucha tradición a la hora de disfrutar de las flores y plantas. De hecho, como Japón tiene cuatro estaciones del año bien diferenciadas, podemos admirar flores diferentes a lo largo de todo el año, como las flores del cerezo en primavera o las del ciruelo en invierno.

Como resultado de ese amor por la naturaleza, los japoneses han desarrollado un arte hecho con flores muy conocido en todo el mundo: el Ikebana (生け花 o flor viva), también conocido como Kadō (華道 o el camino de las flores).

Hoy, en Vanity Flor os vamos a contar un poco sobre cómo se originó este arte.

¿Cómo se originó el Ikebana?

 

Ikebana japonés

 

El origen del Ikebana no se sabe a ciencia cierta, pero se cree que llegó a Japón gracias al Budismo y su costumbre de hacer ofrendas florales en los altares. En casi todas las culturas orientales se usan las flores como ofrenda, sobre todo el loto que es muy usado en la cultura India, donde se originó el Budismo. En cambio, en Japón se utilizan las flores típicas de cada estación, que se colocan en un jarrón, junto con un quemador de incienso y un candelabro en el altar. Esta decoración se conoce como Zashiki Kazari, que significa adornos de la habitación o sala de tatami, y a estos adornos se añadió un arreglo floral con forma vertical (tatehana).

Otros piensan que su origen se remonta aún más atrás en el tiempo, ya que antiguamente los japoneses utilizaban árboles de hoja perenne y flores para invocar a los dioses de la naturaleza. Esto se debía a que habiendo vivido en armonía con la naturaleza y sentido la fugacidad de la vida en el cambio de estaciones, la gente encontró un significado especial en este tipo de árbol. Es más, se creía que estos árboles que no pierden sus hojas en invierno eran Yorishiro, que en la religión Shinto son objetos que representan o invocan a un dios o kami.

El ikebana, tal y como lo conocemos hoy día, apareció por primera vez en Japón durante la Era Muromachi (1336-1573). Fue durante este período cuando se establecieron los cánones de belleza nipones, como en la ceremonia del té, en el teatro Noh, en el diseño de jardines y muchos otros.

En 1462 Senno Ikenobō, un sacerdote del Templo Rokkakudō (Kioto, Japón), fue invitado por un guerrero a crear un arreglo de flores, y estas flores fueron muy elogiadas por las gentes de su ciudad. Las flores creadas para zashiki kazari y las flores arregladas por este sacerdote fueron más allá de los yorishiro y los estilos tradicionales de ofrenda floral budista, y se puede decir que el desarrollo del Ikebana, exclusivo de la cultura japonesa, tuvo lugar en esta época.

Existe un manuscrito, el “Kaō irai no Kadensho” (花王以来の花伝書) que se puede traducir como “el libro secreto de las peonías y demás flores”, y se dice que es el manuscrito más antiguo que existe sobre la enseñanza del ikebana, y data de una época poco después de la de Senno Ikenobō. Este manuscrito muestra varios estilos de arreglos de ikebana como tatehana (arreglo de estilo vertical), kakebana (colgado en un poste o pared de la habitación) y tsuribana (arreglos para colgar), lo que nos permite comprender cómo se integró el ikebana en la vida de las personas.

Fue el mismo Senno Ikenobō, como maestro de ikebana, quien estableció una teoría de la enseñanza de este arte que incluía no solo la técnica sino también la filosofía, y estas enseñanzas se recogieron en un manuscrito que pasó a las generaciones posteriores: el “Ikenobō Senno Kuden”( 池坊専応口伝) que se puede traducir como “la tradición oral de Senno Ikenobō”.

Este maestro enseñó que “No solo las flores hermosas, sino también los capullos y las flores marchitas tienen vida, y cada una tiene su propia belleza. Al arreglar las flores con reverencia, uno se refina a sí mismo”. Arreglar flores y encontrar la belleza en las flores son actividades que están vinculadas a un corazón que valora la naturaleza y que se preocupa por los demás. Ese es el espíritu del Ikebana de la escuela Ikenobō.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la escuela de Ikebana Ikenobō se extendió por todo el mundo. Hoy en día esta escuela está dirigida por la 45ª generación, Sennei Ikenobō, que busca continuamente que el ikebana se adapte a nuestro tiempo. El Templo Rokkakudō de Kioto, sigue siendo su sede.

Desde Vanity Flor esperamos que os haya resultado interesante aprender un poco de la historia del arte del arreglo floral japonés: el Ikebana.

Principios en los que se basa el ikebana

 

Ikebana japonés

 

A diferencia de lo que hacemos en occidente, que solemos colocar las flores de forma casual dentro de jarrones, el ikebana consiste en crear un arreglo floral que resalte las cualidades internas de las flores y otras plantas, de forma que se llegan a expresar emociones. Los materiales que se utilizan son ramas, hojas, hierbas, frutos, semillas y flores. La belleza del arreglo se consigue a través de las combinaciones de colores, formas naturales y el significado propio de cada flor y material.

El ikebana es un arte disciplinado en el que el arreglo es un ser vivo donde la naturaleza y la humanidad se unen, y que está impregnado de la filosofía de desarrollar la unión con la naturaleza.

Los principios filosóficos en los que se basa el ikebana se crearon hace mucho tiempo e indican que las ramas y las flores que se utilicen, se deben colocar en ángulos específicos para representar al cielo (天 ten), la tierra (地chi) y a las personas (人jin). Según la forma en que se coloquen, representan la fuerza, la delicadeza y lo efímero de las flores vivas, por lo que también nos lleva a reflexionar sobre el paso del tiempo. Es un arte que restaura nuestra armonía interior, con una especie de hermosa mezcla entre terapia y meditación. Cualquiera puede crear un arreglo de ikebana, solo hay que confiar en la intuición de cada uno y crear algo que exprese cómo te sientes en ese momento.

Las principales reglas del Ikebana son:

  • Menos es más: estamos acostumbrados a los arreglos de estilo occidental, donde ponemos en un jarrón distintas flores todas juntas para atraer la atención, pero el ikebana apuesta por la estructura, el espacio y el minimalismo.
  •     Equilibrio asimétrico: es muy común ver ramas altas con un equilibrio inestable en ikebana. Esto se debe a que utiliza una relación de equilibrio entre las ramas altas y bajas de 30/70, en lugar del 50/50 normal.
  •     Es mucho más que una decoración: el arte de crear un arreglo conduce a la conciencia de uno mismo y a la felicidad. Importa tanto el resultado como el proceso.
  •     In ( sombra) y el Yo ( luz del sol): el equivalente japonés del Yin y el Yang, se trata sobre los opuestos que se completan entre sí.
  •       Efímero: el ikebana tiene como objetivo capturar la belleza fugaz de las cosas. Muchos arreglos de ikebana tienen un capullo que representa la promesa o la esperanza. También se pueden utilizar flores marchitas, pues poseen su propia belleza.
  •       Espacio: no es solo dejar espacios vacíos, sino que una parte importante del diseño es su conjunto.

Tipos de ikebana

 

Ikebana japonés

 

Siguiendo las reglas antes mencionadas, se pueden distinguir 5 tipos principales de Ikebana:

Rikka o Tatebana (立花 flores en pie): se desarrolló durante la Era Azuchi-Momoyama(1583-1600) que se caracteriza por la construcción de castillos grandes y lujosos. Rikka es un arreglo tridimensional compuesto por siete o nueve plantas. Con los elementos elegidos se busca dar una idea de los cambios de estación.

Shoka o Seika (生花 flores vivas): es una forma de arreglo floral más simplificada y enfatiza tres líneas, por lo que generalmente solo se usan 3 tipos de plantas. Se observa el equilibrio y se tiene en cuenta dónde está representada la luz del sol en el arreglo. Suele colocarse en la alcoba donde los japoneses entretienen a los invitados.

Nageirebana o Nageire (投入花 flores arrojadas): es un diseño no estructurado que llevó al desarrollo del estilo anterior. Se caracteriza por un apretado haz de tallos que forman una disposición asimétrica triangular de tres ramas que se consideraba clásica. Este estilo de ikebana utiliza jarrones en forma de botella. Recibió su nombre porque las flores y las ramas se “arrojan” en el jarrón y la forma creada se deja como está sin modificaciones.

Moribana (盛花flores apiladas): las flores se colocan en un jarrón poco profundo, recipiente o canasta, y se aseguran en un kenzan o porta agujas puntiagudas. Evolucionó como estilo para incorporar flores de origen extranjero, ya que durante la Restauración Meiji, cuando Japón abrió sus puertas a Occidente, se importaron muchos tipos de plantas y flores que comenzaron a llegar a los hogares japoneses.

Jiyūka (自由花flores libres): este arte enfatiza el estilo y el diseño creativo de los arreglos, con cualquier material permitido para su uso, incluidos los materiales que no sean flores. Esta es una forma de estilo libre que no está sujeta a tradiciones o formalidades y depende de la creatividad del individuo.

Desde Vanity Flor no os podemos hacer llegar un arreglo de ikebana, pero sí formas más conocidas de adornos florales como ramos, cestas e incluso cúpulas con rosas preservadas.



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