Las relaciones en pareja sanas son aquellas en las que hay un equilibrio y un esfuerzo por ambas partes para emprender un camino de vida juntos. Compartir la vida con alguien se basa en la confianza y el amor hacia la otra persona, pero estar en pareja no siempre es fácil y hay altibajos. Durante la convivencia, las personas pueden sufrir cambios, ya que a nivel individual evolucionamos y por tanto estos cambios los va a notar la persona con la que convivimos.

Los problemas laborales o incluso tener hijos, hace que cambie la forma con la que vemos a nuestra pareja y es muy normal que en ciertos momentos alguna de las partes tenga dudas. Pero tal y como comentábamos anteriormente, con el esfuerzo de ambas partes la pareja evoluciona y sale reforzada de los baches que se encuentra por el camino.

Uno de los grandes miedos que experimentamos cuando compartimos la vida con alguien es que nos sea infiel y a veces ocurre que tienes un presentimiento de que tu pareja lo es y no tienes pruebas concretas, pero tienes un “rum rum” en la cabeza que te hace pensarlo.

Las parejas que llevan muchos años juntos, en algunas ocasiones, puede que uno de los integrantes tenga cambios bruscos en los horarios de trabajo que antes no tenía, o de repente le surgen aficiones muy diferentes a su forma de ser, o incluso altera su forma de vestir, y estos cambios hacen que nos pongamos en lo peor. Aunque no siempre es por tema de cuernos, sino que simplemente sufrimos variaciones en nuestro ritmo de vida para no caer en la rutina.

Pero claro, a veces ocurre que de repente la parte que sospecha empieza a recibir regalos que antes no se producían, ya que las personas infieles se sienten culpables y por eso obsequian a sus parejas de manera desmedida. Muchos hombres se decantan por regalar flores y muchos especialistas piensan que dependiendo de la flor que te regalen, puede significar que te es infiel o no. Pero ojo, no siempre que te regalen flores quiere decir que tu pareja está con otra persona.

Desde Vanityflor, te damos algunos consejos para que puedas descifrar si hay alguna segunda intención si recibes flores de tu pareja sin ninguna razón aparente.

 

Las flores amarillas

 

 

En la mayoría de los casos, elegimos colores en las flores por gustos propios o por motivos culturales. Por ejemplo, en España o en el mundo artístico el color amarillo simboliza la mala suerte, pero normalmente el color amarillo en la mayoría de las culturas y en otros ámbitos simboliza luz, alegría y optimismo. Está comprobado científicamente que es un color vibrante que ayuda a subir el ánimo a personas que están tristes y es utilizado en pareces de centros hospitalarios por este motivo. Además, simboliza la amistad y es por eso que se escoge este color con tanta frecuencia.

En cambio, las rosas amarillas, sobre todo si se regalan en momentos que se está pasando un bache en la relación simbolizan que hay celos, inseguridad y debilitamiento en la pareja, por eso, que te regalen rosas amarillas, en el lenguaje de las flores es sinónimo de infidelidad y de traición, e incluso casi aseguran la ruptura de la pareja (desde luego si la pareja está en una etapa de distanciamiento).

 

Las rosas rojas

 

 

Si aparecen con rosas rojas, además de simbolizar el amor y la pasión, también lo utilizan los hombres infieles, ya que se utilizan para pedir perdón. Sobre todo si además se ha descubierto la infidelidad. Es una flor utilizada para entablar una tregua e intentar volver a conquistar a tu pareja antes de que se pierda del todo.

 

Las margaritas

 

 

Si te regalan margaritas, aunque de apariencia sencilla, que sepas que esconden un gran error cometido por alguien. Normalmente “los infieles” las regalan si tienen un gran remordimiento y quieren volver a conquistar a su pareja. Estas flores simbolizan el amor y la consiguiente pregunta “¿me quieres?

 

A final de todo, que tu pareja te regale flores o no, no es indicativo al 100% de infidelidad. Lo que si te recomendamos desde Vanity Flor es hablar con tu pareja, ya que descubrir que haya una infidelidad real es muy difícil si no lo has pillado con “las manos en la masa”, porque puede engañarte y negarlo. Así que lo más fácil es hacer una retrospectiva de los hechos y ser honesto contigo mismo y con tus sentimientos y preguntarle por los cambios que ha tenido. Puede que estemos inmersos en nuestros pensamientos negativos y simplemente está tratando de ser más detallista y mejorar la relación.