¿Por qué los enamorados deshojan margaritas?
¿Quién no lo ha hecho alguna vez? En un cálido día de verano seguro que te has emocionado al sentarte en la exuberante hierba verde de un jardín, y has ido arrancando lentamente los pétalos de una sola margarita, uno a uno, mientras recitabas las palabras: “me quiere, no me quiere” con la esperanza de descubrir mágicamente si tu amor es correspondido.
Este pequeño juego existe desde hace muchos años y se practica por todo el mundo, pero ¿cuál es su origen? ¿qué significa realmente? Hoy Vanity Flor quiere contestar a estas y a otras preguntas sobre deshojar margaritas.
¿EN QUÉ CONSISTE DESHOJAR MARGARITAS?
Una persona que juega al juego dice alternativamente las frases “me quiere” y “no me quiere”, mientras coge un pétalo de una margarita para cada frase. La frase que se pronuncia al recoger el último pétalo representa supuestamente la verdad: ese último pétalo predice si esa persona especial te quiere o no.
El jugador, normalmente chicas adolescentes, suele jugar para saber si su amor es correspondido o para reafirmar una relación. Pero… ¿y si el último pétalo anuncia el resultado equivocado? Bueno, en estos casos se suele arrancar otra flor y se vuelve a empezar, por supuesto.
¿DE DÓNDE VIENE LA TRADICIÓN DE DESHOJAR MARGARITAS?
A lo largo de la historia, varias culturas han tenido diferentes mitos y leyendas sobre la margarita. Para los italianos, la margarita es una flor sagrada, la estrella de Italia y el símbolo de la reina Margarita. En Escocia, las flores se llaman “bairns flowers”, es decir, flores de niño. Los galeses llaman a la flor “estrella temblorosa” y los alemanes la llaman “medida del amor”, ya que los pétalos de la margarita miden la adoración de un amante. Los celtas relacionaban la inocencia con las margaritas y pensaban que éstas crecían para aliviar el dolor de las personas. Y los victorianos cantaban “me ama, no me ama” mientras arrancaban los pétalos de las margaritas.
Entre varias referencias del siglo XV en libros alemanes, la monja y escriba Clara Hätzerlin incluyó “El oráculo de las margaritas” en su Liederhandschrift (o cancionero) de 1471. Esta costumbre también fue dramatizada en el “Fausto” de 1808 de Goethe. Los franceses tienen la tradición de “effeuiller la marguerite”, literalmente “deshojar la margarita”. Pero, de forma típicamente gala, este juego se refiere más bien a lo mucho que se les quiere: un poco, mucho, apasionadamente, hasta la locura o pas du tout, nada.
TRADICIONES Y SUPERSTICIONES SOBRE LAS MARGARITAS
Con un aspecto similar al de algunos crisantemos, las margaritas se han asociado desde siempre a la sencillez y la modestia, dos características heredadas de la época victoriana, cuando se creó el lenguaje de las flores.
La práctica conocida de deshojar margaritas, ya se practicaba en esta época, e incluso se dice que tiene su origen en las doncellas victorianas con el corazón roto que deseaban volver a ser amadas por sus pretendientes. Una doncella arrancaba los pétalos de una margarita uno a uno, cantando: “me quiere, no me quiere”, por cada pétalo arrancado. Por supuesto, también era el último pétalo el que predecía el resultado de la situación.
Pero también tenían otro método de adivinación. Una joven doncella recogía un puñado de margaritas con los ojos cerrados. El número de flores que sostenía en la mano indicaba el número de años que le quedaban para casarse.
Si bien su modesta sencillez convirtió a la margarita en la flor favorita de muchos poetas, sus poderes curativos y predictivos la hicieron popular no sólo entre los agricultores, sino también entre un infame rey inglés.
La primavera, decían los campesinos medievales, no llegaría hasta que uno pudiera poner un pie sobre doce margaritas; soñar con margaritas en primavera o verano era un presagio afortunado, pero soñar con ellas en otoño o invierno significaba una perdición segura. Trasplantar margaritas silvestres a un jardín cultivado se consideraba de muy mala suerte.
El rey Enrique VIII comía platos de margaritas para aliviar sus dolores de úlcera estomacal; en esta época también se creía que beber margaritas machacadas empapadas en vino, en pequeñas dosis durante 15 días, curaría la locura.
A lo largo de la historia han existido muchas creencias más sobre las margaritas, aunque en su mayoría son un tanto extrañas. Por ejemplo hemos reunido algunas de las supersticiones más llamativas sobre las margaritas:
- Visitantes no deseados: para mantener alejados a los visitantes no deseados, planta margaritas junto a la puerta de entrada.
- Cachorros para siempre: una extraña superstición sobre la raíz de la margarita afirmaba que si se hervía la raíz en leche y se le daba de beber a un cachorro, éste dejaría de crecer.
- Protección del bebé: para las madres que temían que las hadas se llevaran a sus hijos y los dejaran mudos, la margarita ofrecía su protección. Se hacían anillos de margaritas y se colgaban del cuello de los niños pequeños para protegerlos.
- Traer a un amante fiel: para atraer a un amante fiel a tu cama, coloca una flor de margarita bajo cada esquina de tu colchón.
- Soñar con un futuro amante: para soñar con un futuro amante, desentierra un trozo de raíz de margarita y colócalo bajo la almohada. Si vas a tener un nuevo amante pronto, él o ella aparecerá en tus sueños.