Con la llegada del invierno, nos preguntamos si sobrevivirán nuestras plantas que tanto hemos cuidado durante todo el año a las frías temperaturas y la realidad es que con los cuidados necesarios, las plantas durante la época de frío dejarán de tener flores hasta la primavera y su crecimiento se verá mermado en estos meses, pero con la llegada del calor volverán a coger fuerzas y a verse otra vez preciosas.

Tenemos que tener en cuenta que hay innumerables especies que son específicas para zonas frías ya que se han adaptado a sobrevivir en lugares con temperaturas extremas, pero, ¿existirán plantas en lugares como la Antártida? Pues desde Vanity Flor te confirmamos que sí y que hasta en la Antártida existen las flores.

En esta zona tan bella y tan extrema del planeta hay algo de vegetación que se ha adaptado al medio que les rodea y por eso podemos afirmar que incluso en la Antártida también tienen plantas y que algunas llegan a florecer.

El caso del continente antártico es muy especial ya que es un área protegida por ser un ecosistema muy delicado ya que está compuesta por un 99% de hielo y un 1% de tierra y que en la época de verano deja ver su vegetación que es típica de zonas frías, como pueden ser musgo, algas y líquenes. Por desgracia el calentamiento global está haciendo que cada vez haya menos hielo y que prolifere de manera desorbitada la vegetación.

El crecimiento masivo de la vegetación autóctona es el indicador principal de la subida de la temperatura del planeta y esto, por desgracia, puede poner en peligro todo el ecosistema de la zona, lo que supondría una catástrofe natural en todo el planeta. Hay que tener en cuenta que el 70% del agua dulce de la Tierra se concentra allí en forma de hielo y que se derrita éste, hará que haya mucha menos reserva de agua dulce natural, con el peligro que puede conllevar.

Con respecto a la vegetación, sólo existen 2 especies capaces de permanecer con vida a casi los -90º de temperatura que puede llegar a alcanzar esta zona del planeta. Estas plantas son autóctonas del lugar, con lo que crecen de manera natural en el continente ártico y que además son capaces de realizar la fotosíntesis pese a la falta de luz y de calor.

Evidentemente no han llegado allí por casualidad, hace 200 millones de años (aún no existía ni el hombre), la Antártida estaba conectada a un súpercontinente conocido como Gondwana y había vegetación, sólo que al separarse del resto y desplazarse al sur, sus condiciones climáticas cambiaros y la poca vegetación que alberga es la única que ha sabido amoldarse a los cambios a lo largo de los siglos.

El Colobanthus

Esta planta se conoce como clavel antártico por la forma de sus flores que son redondas y con muchos pétalos. Las podemos encontrar en dos colores: en blanco y amarillo. La forma que tiene de crecer es redondeada, muy parecida al musgo y no llegan a tener más de 5 cm de altura. Esta especie ha llegado a extenderse hasta México, gracias a la Cordillera de los Andes que tienen estas temperaturas extremas tan bajas.

El cambio climático ha hecho que en la zona se haya quintuplicado la cantidad de especies desde comienzos de los 60, sobre todo en la época de verano, ya que el deshielo provocado por la subida de las temperaturas ayuda a su crecimiento y a que se extienda mucho más rápido.

Desde la Universidad de Chile han utilizado los mecanismos de defensa de esta plante ante los rayos ultravioletas y han conseguido un protector solar que es 100% natural y sostenible para el medio ambiente.

Deschampsia Antártica

Se conoce también como pasto antártico, porque está compuesta de hojas alargadas que simulan a la hierba. Es una planta que evidentemente es muy resistente a la radiación ultravioleta, con lo que se está utilizando para muchos estudios para poder usarlo en medicina contra el cáncer de piel.

En el caso de la Deschampsia con el cambio climático, lo que ha hecho es extenderse dentro del continente en zonas donde dura más el deshielo, pero no ha llegado a emigrar a otros lugares. Aún así le ha pasado lo mismo que al Coloanthus, que casi ha crecido 3 veces más rápido en los últimos 9 años que en todo el siglo pasado.