5 Formas de arte con flores en Japón
Una de las características de la cultura japonesa es su visión sobre la relación de los seres humanos con la naturaleza, pues para ellos es cercana y armoniosa. De hecho hay muchas festividades que celebran la belleza de la naturaleza, como observar los cerezos en flor en primavera (花見o Hanami “ver las flores”), o el festival para honrar la Luna de otoño (月見Tsukimi o “ver la luna”).
Además los japoneses suelen intentar llevar la naturaleza lo más cerca posible de su vida diaria con arreglos florales (生け花Ikebana o “flor viva”), con plantas en reducido tamaño (盆栽 bonsai o “plantar en bandejas”) o creando pequeños paisajes en bandejas (盆景 bonkei o “escenario en una bandeja”).
Hoy en el blog de Vanity Flor os vamos a contar un poco sobre las principales muestras de arte japonesas relacionadas con flores o plantas.
Ikebana o flores vivas
Como ya vimos en una entrada anterior de este blog, el ikebana o kadō (華道, “camino de las flores”) es el arte japonés del arreglo floral. La tradición se remonta al periodo Heian (794-1185), cuando se hacían ofrendas florales en los altares. Más tarde, los arreglos florales se utilizaron para adornar el tokonoma (habitación con tatami) de una casa tradicional japonesa.
Como materiales se pueden usar ramas recién cortadas, enredaderas, hojas, hierbas, frutos, semillas y flores. En el ikebana contemporáneo también se emplean materiales como el cristal, el metal o el plástico. El artista colocará estos elementos siguiendo sus sentimientos por la naturaleza.
Kokedama o bola de musgo
Las kokedama (苔玉 “bola de musgo”) son bolas de tierra cubierta de musgo, sobre las que crece una planta decorativa. Este modo de arte floral japonés es una combinación de la plantación nearai (根洗い literalmente “lavado de raíces”, pero que significa “sin maceta”), del bonsái y del kusamono (草本 literalmente “cosa de hierbas”), que es una colección de plantas en macetas diseñadas para la base de los bonsái o para exhibirse por sí mismas.
Las kokedama se hacen con una bola hecha de arcilla roja de origen japonés, el akadama (赤玉 “bola roja”) y con turba. La planta se coloca en la bola y después se envuelve con el musgo. Un alambre de aluminio o de nylon fija todo el bulto, y a veces se utiliza para suspender la kokedama en el aire.
Bonsáis
El bonsái (盆栽) literalmente significa plantar sobre un recipiente o bandeja, y es la versión japonesa del arte tradicional chino original penjing (盆景) o penzai.
A diferencia del penjing chino, que utiliza técnicas tradicionales para producir escenarios naturales completos en pequeñas macetas, imitando la grandiosidad y la forma de los escenarios de la vida real, el bonsái japonés sólo intenta producir pequeños árboles o arbustos que imitan la forma de los de tamaño real.
Un bonsái no es una planta que se haya modificado genéticamente para hacerla más pequeña, sino que se mantiene de este tamaño dándole forma: podando el tronco, las hojas y las raíces cada cierto tiempo. Si se cultiva adecuadamente, el bonsái vivirá el mismo tiempo que un árbol normal de la misma especie.
Jardines japoneses
Los jardines japoneses o Nihon teien (日本庭園) son jardines tradicionales cuyos diseños se basan en la estética y en las ideas filosóficas japonesas, por lo que evitan las decoraciones artificiales y destacan el paisaje natural. Se pueden encontrar tanto en casas privadas como en templos budistas o santuarios sintoístas.
Los diseñadores de estos jardines, generalmente usan plantas y materiales desgastados y envejecidos para sugerir un paisaje natural antiguo y lejano, y así expresar tanto la fragilidad de la existencia como el avance imparable del tiempo.
Se diferencian de los jardines occidentales, en que estos solo buscan ser atractivos a la vista, sin una filosofía o comunión con la naturaleza de base como los jardines japoneses, que buscan ser una representación de un entorno natural.
Shinrin yoku o Baños de bosque
El shinrin yoku (森林浴 “baño de bosques”) es el término que Tomohide Akiyama, director de la Agencia Forestal de Japón, acuñó en 1982 para referirse a “estar o exponerse dentro de una atmósfera de bosque”. Esta práctica fue iniciada por la Agencia Forestal de Japón como una iniciativa para darle valor a sus bosques, y al mismo tiempo canalizar la creciente demanda de contacto con la naturaleza por una cada vez más numerosa población urbana sometida a altos niveles estrés.
Es una práctica que consiste en pasear por el bosque de forma meditativa y pausada, con los cinco sentidos. El concepto está inspirado en el sintoísmo y en el budismo, que veneran los espíritus de la naturaleza y por lo tanto consideran los bosques como el reino de lo divino.